-Renuncio a mi puesto en el grupo, voy a casarme con mi novia –las palabras que pronunció Taguchi me dejaron en estado de shock.
-¿Bromeas…? –preguntó un desconcertado Nakamaru.
-No, hablo completamente en serio –un pinchazo sacudió mi sien.
No lograba procesar lo que mi compañero de trabajo acababa de decir. Prioricé
el ámbito sentimental y personal al laboral, y es que yo amaba a Junnosuke, y
no iba a aceptar tan fácilmente la cruel realidad, ese destino inevitable que
sabía algún día llegaría.
-Deberías meditar un poco más, ¿y si estás tomando la
elección equivocada? –Kamenashi aportó su opinión, pero fue insuficiente.
-Lo siento, ya lo he decidido, abandono KAT-TUN –la mirada
de Taguchi me perforó, y yo no fui capaz de comentar nada. Una sensación de absoluto
odio me invadió y sólo conseguí desahogarme cuando le propiné una desacertada
patada a la mesa.
-Ueda… -intentó seguirme Nakamaru, no obstante, yo fui más
rápido y escapé apresuradamente de la sala.
___
No acudí a la fiesta de despedida que los demás miembros de
la banda prepararon en su honor, sólo coincidimos esporádicamente en las
últimas actividades programadas de KAT-TUN. Me esforcé por controlar el llanto
y la frustración durante todo ese tiempo, hasta que un día encendí la
televisión y le vi a él, en un conocido programa, contemplando fijamente la
cámara. Yo también aparecía en esa misma retransmisión, lejos de él, con un
semblante afligido y sombrío.
Lloré, al final lo hice. Una lágrima sucedió a la otra y tuve
que apartar la vista de la pantalla. ¿Había Taguchi jugado conmigo?
Sabía desde el principio que Junnosuke estaba prometido, lo
sabía y aun así decidí acostarme con él en repetidas ocasiones. Me merecía el
castigo que ahora recibía, por inconsciente y por dejarme llevar.
Desgraciadamente ya era tarde para olvidarme de él, al menos sin sufrir.
___
Un años después de perder el contacto y tras su dimisión oficial
como integrante de KAT-TUN, me encontré con Taguchi en una cafetería. Él salía,
yo entraba, y el ambiente se volvió tenso. No me apetecía conversar con
Junnosuke, pero fui educado y escuché las banalidades que repetía una y otra
vez. Mientras oía la risa ahogada que emitía al finalizar cada frase, divisé
que un anillo dorado resplandecía en su dedo anular. Agaché la cabeza y actué
sin pensar. Mi mano se posó en su pierna, después la reconduje hasta el muslo y
fue entonces cuando esbocé una media sonrisa.
___
Me desplomé en el colchón, exhausto, agotado, satisfecho.
Tuve sexo con Taguchi, sí, y en su propia habitación, en la vivienda que
compartía con su pareja. La venganza no me haría más feliz a la larga, aunque
poco me importó en ese momento.
-Adiós, Junnosuke -dije de espaldas a él -espero que te vaya
bien -no comprobé su expresión, no obstante, me aseguré de dejar una profunda
huella, la misma que Taguchi dejo en mí. Una huella imposible de borrar y con
la que tendría que lidiar eternamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario