Salí angustiado del lugar de rodaje, sentía como mi pecho
dolía tras grabar aquella escena. Resulta que la identidad del “Camaleón” había
sido una incógnita para todo el reparto desde el principio y yo… no podía
soportar aquella noticia. No, ¿Katsumura? ¿Por qué de todos los personajes tenía que ser precisamente él? Yo que
empezaba a sentir algo por Narimiya gracias a la tremenda afinidad que había
entre nuestros personajes.
–¡Kame espera! –Hiroki gritaba desesperado mientras trataba de darme alcance, pero yo no iba a detenerme. No era culpa suya, eso lo sabía muy bien, sin embargo, ahora mismo no era capaz de ver a nadie –¡Kame! –sin responderle, me monté en mi coche y abandoné el lugar.
______
Durante días me encerré en mi apartamento, no atendía
llamadas, no abría la puerta a nadie, simplemente no podía. Sabía que estaba siendo irresponsable, que podía estar causando problemas a todos mis compañeros,
superiores, etc. pero en esos momentos tenía que aclarar mis sentimientos.
De repente recibí una llamada, volvía a ser Narimiya, pero dejé que UNLOCK sonase sin interrupciones. Suspiré más tranquilo cuando el silencio invadió la estancia de nuevo, aunque no por mucho tiempo. Alguien comenzó a llamar al timbre a la vez que aporreaba la
puerta de mi casa. Por temor a la represaría de mis vecinos, y afrontando la idea de que
no podía continuar así, me levanté a abrirle. Inesperadamente Hiroki se
abalanzó sobre mí.
–Menos mal que te he encontrado... –susurraba sobre mi
cuerpo, apretándome contra el suyo en un desesperado abrazo –¡Menudo susto nos
has dado a todos!
–Lo siento... –no me esperaba en
absoluto que él estuviese así de angustiado por mi culpa.
–¿Qué ha pasado? Sé que lo del dorama ha sido todo un shock,
incluso a mí me costó actuar como si nada desde el principio, sabiendo todo lo que iba a ocurrir al final, pero… es imposible que esa noticia de por sí
sola te haya hecho reaccionar así… –despacio pasaba sus dedos por mi cabello, tratando de tranquilizarme –Por favor, dime cual es la pieza que me falta –respiré
hondo, tragué saliva y abrí mis ojos, listo para confesarme.
–A mí me gustaba la relación que había entre
Yamaneko y Katsumura… –me mordí el labio ligeramente –Me dolió muchísimo saber su verdadera identidad con todo lo que conllevaba eso... porque –susurré
ligeramente, había comenzado a temblar entre sus brazos –porque yo… me he
enamorado de ti, Hiroki… –y sin dejarle tiempo a asimilarlo, hice lo que
llevaba semanas queriendo hacer. Agarré sus mejillas, obligándole a agacharse para
después besar sus labios. Moví mi boca, alerta en todo momento para ser
rechazado.
–Kazuya… –y rompiendo todos mis esquemas me correspondió.
Nos besamos apasionadamente durante largos minutos, saboreando cada parte de
nuestras bocas. Finalmente nos separamos entre jadeos –No te imaginas cuanto tiempo
llevo deseando esto.
–Seguro que no tanto como yo –confesé mirándole con una
traviesa sonrisa.
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