sábado, 19 de marzo de 2016

Under the Same Sky


-Los demás opinan que somos muy distintos, ¿tú también lo crees? –la interrogativa que Akanishi planteó logró descolocarme durante un par de segundos. Nunca me había detenido a comparar nuestras posibles diferencias o semejanzas, no obstante si ahora lo hacía me percataba de que era una realidad.

-Sí somos lo opuesto el uno del otro, no nos parecemos en nada –contesté rotundamente y sin darle mayor importancia al tema. Jin se quedó callado y el agarre que antes rodeaba mi cintura, se aflojó. De reojo contemplé su expresión fría y a la vez serena, y traté de entender el motivo de tal semblante.

-No encajamos, ya lo sé… -profirió en voz baja.

-Yo no me refería a eso –exclamé, impidiendo que la conversación se tornase en una nueva discusión. 

-Podría ser cierto, lo que dicen por ahí… -al escuchar ese comentario decidí girar mi rostro ligeramente, y ambos cruzamos miradas –mi forma de ser nunca te hará feliz…

-Eso no es cierto… -mi enfado aumentaba a medida que lo hacían sus temores. Miré al oscuro horizonte y con los ojos entrecerrados pronuncié –puede que tú te asemejes a la luna y yo por el contrario al sol, pero ambos conviven en el mismo cielo, a pesar de ser opuestos –alcé mi brazo en dirección a la estrellas, y la mano de Akanishi se deslizó por mi frío brazo. Sus dedos se entrelazaron a los míos y un suspiro confortable se escapó de entre mis labios.

-Tienes razón, de nuevo me dejas sin argumentos, estúpido Kamenashi… -a tan escasa distancia y tras apreciar las intensas y agradables carcajadas de Akanishi, sentí la obligación de pasar los límites. Cerré los párpados y aproxime mi rostro al suyo, apreciando el dulzor de su aliento. 

-Jin, Kame, es hora de volver al trabajo –Nakamaru se mostraba bastante malhumorado, y es que la ausencia de varios miembros del grupo impedía seguir con el trabajo. Sólo alcancé a rozar la nariz de Akanishi, que entre incesantes gruñidos se levantó del suelo para retomar sus responsabilidades.

-Lo siento, Kazuya, ya encontraré un sitio mejor, donde el narizón no consiga molestarnos… -susurró en mi oído. 

-Te he escuchado, maldito Akanishi… -el aludido agarró por el cuello de la camiseta a Jin y dando tirones se lo llevó de vuelta a la empresa. Yo me mantuve unos minutos más en el mismo lugar, divisando la sobrecogedora noche y deseando volver a disfrutarla con él.
___
Tras diversos problemas y una nula capacidad para superarlos, mi luna desapareció. Cinco años de mensajes insignificantes y llamadas cada varios meses, provocaron que el sol dejase de brillar con la misma intensidad. Me arrepentí, no luché lo suficiente por él, y es que nunca lograría olvidar a Akanishi. 

Aquella tarde salí a pasear y me propuse pasar página, tenía que seguir adelante y dejar atrás el pasado. Caminaba distraído cuando me choqué con alguien, era Akanishi. El atardecer de ese día volvió a unir a la luna y al sol. 

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