martes, 8 de marzo de 2016

Our Summer Memories


–Yamada, ¡espera! –en esos momentos estaba corriendo detrás de mi mejor amigo. Mi cuerpo no iba a resistir mucho más, la carrera había agotado casi todas mis fuerzas. Tampoco ayudaba este horrible clima caluroso y húmedo típico del verano japonés.

–¡Vamos! ¡Date prisa! –empecé a descender el ritmo. Incluso llegué a pensar que en cualquier momento caería al suelo de agotamiento. Cuando se dio cuenta de ello, agarró mi mano evitando que me detuviese. Seguramente no pensó que ese acto significaba mucho para mí.

–Pero… ¿por qué tienes tanta urgencia? –le seguía con dificultad, esquivando a la gente que se cruzaba en nuestro camino.

–¡Porque sino el local se llenará de gente! –se quejaba exhausto también pero sin permitir que ninguno de los dos aminorase.

–¡No puedo más! –me solté de golpe, agotado por la carrera. Me agaché ligeramente, apoyando las manos sobre mis rodillas, jadeando mientras varias gotas de sudor recorrían mi rostro –¿A dónde vamos…? –me mordí el labio ligeramente, acababa de meter la pata. Pero para explicar el porqué, primero debería contar lo que ocurrió anoche.
_______

Estábamos los dos en su casa, solíamos quedar a menudo allí. En mitad de una conversación, se levantó acercándose a la televisión. No pude evitar aprovechar que no me observaba para inspeccionar su cuerpo, ese pequeñajo cada vez tenía mejor físico. ¿Acaso había algo mal en mí para que me gustase un chico? Debido a que estaba sumido en mis pensamiento, no me di cuenta de que el rostro de Yamada estaba realmente cerca del mío, por lo que me sobresalte.

–¿Keito, me estabas escuchando? –respondí torpemente que sí, aunque era mentira –¿Y bien? ¿Qué vas a hacer? ¿Me acompañarás mañana o no…? –tenía que dejar de fantasear de una vez, ya que ahora no comprendía que me estaba proponiendo, aunque eso no importaba demasiado si podía volver a verle mañana.
_______
–¿Es qué no me prestas nunca atención cuando te hablo? –su ceño fruncido confirmaba que se había molestado –¿No prometiste acompañarme a comprar el nuevo helado de 15 puntas de estrellas?

Sin duda era un estúpido por haber estado fingiendo para tener así una "cita".

–Lo siento… –agaché la cabeza, no podía admitir el verdadero motivo por el que no le había prestado atención.
_______

–¿No vas a decir nada? –pregunté mientras estábamos sentamos en la terraza de la heladería probando los nuevos helados. La simple idea de que estuviese enfadado conmigo me aterraba –Sé que he hecho mal pero… –colocó un dedo sobre mis labios.

–No estoy molesto… –negó despacio –Solo que tengo la sensación de que muchas veces no me escuchas, pero en el fondo me gusta esa parte despistada tuya.

–¿Eh? –frunció el ceño y los labios, mirando a otro lado.

–¡Olvídalo! ¡No he dicho nada! –no pude evitar sonreír al verle actuar así. Por fin lo entendía, que me gustase Yamada Ryosuke no era nada malo.

–Algún día conseguiré que seas mi novio –sentencié logrando que se sonrojara.

–¡Cállate y come, idiota!

No hay comentarios:

Publicar un comentario