miércoles, 2 de marzo de 2016

You're Awesome


–… Que te estoy hablando ¡Respóndeme, idiota! –los repentinos gritos de Yamada me trajeron de vuelta a la realidad. Hoy por fin íbamos a tener nuestra primera cita y yo me había presentado media hora antes.

–¿Nos vamos? –me incorporé y agarré su mano, tirando de él. No tenía intención de perder ni un solo minuto de nuestro tiempo juntos. A pesar de no contestarme, su rostro completamente rojo reflejaba que estaba igual de emocionado que yo.

Me había propuesto que hoy sería un día inolvidable, por lo que mi primera elección fue una cita en el acuario.
_____

–Mira Yuya, ese pingüino, ¿no se parece a Dai-chan? –señalaba al animal divertido, cogiendo después el móvil para sacarle una foto –luego se la enseñaré a todos.

–Sí que se parece, sí –acaricié su cabello muy despacio y continué andando, escuchándole correr tras de mí, para agarrarse a mi brazo.

–¿Y si lo adoptamos? Seguro que Daiki estaría feliz de tener un amigo de su misma especie –bromeó enseñando dientes mientras tiraba de mí para que viese todos esos peces de tonalidades diferentes –Takaki, espérame un momento, no tardo –y le vi marcharse hacia el servicio.

Era mi oportunidad, rápidamente entré a una tienda para comprarle un peluche de pingüino, imaginé que le haría ilusión por la broma de antes. Pero mientras le esperaba apoyado en la pared, con el regalo en las manos, una chica se acercó a hablarme.

Al parecer era una fan que me había visto de casualidad. Me preguntó si estaba en mitad de una cita, y al negarlo ella se me abalanzó, justo en el momento en que Ryosuke apareció. Su reacción fue salir corriendo. Aparté con cuidado a la chica y me disculpé antes de ir tras él.

–¡Espera! –le detuve en seco, pero antes de que pudiese aclarar el malentendido, recibí un golpe –¡Ay! Eso duele.

–Idiota… –me sobresalté al ver que empezaba a llorar y automáticamente le abracé. Poco a poco se fue calmando entre mis brazos.

–Lo siento, esa fan se me lanzó encima antes de que pudiera apartarme –con mucho cuidado me separé y dejé sobre sus manos el pequeño pingüino de peluche –Esto lo he comprado para ti –de pronto su expresión cambió y sus mejillas se tiñeron de rojo.

–¿Es para mí? –asentí y con mucha ternura abrazó contra su cuello el regalo, sonriendo realmente feliz –Gracias, Yuya –se puso de puntillas y posó sus labios sobre los míos, haciendo que una sonrisa estúpida atravesara mi rostro.

–Yamada, estás adorable cuando te sonrojas –de nuevo recibí un golpe por ese comentario.

Y a pesar de ese ligero ataque de celos de Ryosuke, ambos disfrutamos de lo que nos quedaba de cita. Nos reíamos comparando a nuestros compañeros con animales del acuario, nos bebimos unos batidos mientras observábamos fascinados los enormes tiburones... Pero lo más importante de todo fue que nos hicimos muchas fotos juntos, para así recordar aquel maravilloso día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario