domingo, 20 de marzo de 2016

Strong Enough


-Dame un beso –supliqué. Era incapaz de calcular la cantidad de veces que había hecho tal propuesta.

-Yamapi, ya te lo he dicho, no voy a besarme contigo… -respondió un molesto Kamenashi –además, estoy harto, siempre te inventas alguna nueva excusa para lograr salirte con la tuya… -mientras él proseguía con su sermón, yo sólo fijaba mi vista en aquella boca que tanto deseaba degustar. Mi debilidad aumentaba, y es que la resistencia que imponía Kazuya sólo me atraía más –oye, ¿me estás escuchando…?

-Por supuesto… -afirmé tan insincero como de costumbre. Tendría que diseñar una nueva estrategia si quería conseguir mi propósito. Mientras meditaba concienzudamente en el plan, mi resfriado me obligó a soltar un sonoro estornudo.

-¿Te encuentras bien…? –Kame se acercó hasta mi posición, y al tenerle tan próximo pasé al ataque.

-No sé si lo sabrás, pero una probable cura al catarro es que una persona sana, junte sus labios a la boca del enfermo… -traté de contener la risa al ver la expresión de incredulidad de Kazuya.

-¿En serio…? –cuestionó aturdido.

-Kame, no hagas caso a Yamashita, se está aprovechando de ti… -en ese instante Nishikido entró en el cuarto y provocó con ese comentario que Kamenashi se separase de mí. 

-Ryo, cállate y vete de mi casa… -fruncí el ceño y me senté en una esquina con los brazos cruzados.

-Me has invitado tú… -contestó con desgana. El resto de la tarde me limité a observar a Kamenashi y a escuchar su prolongada conversación con Nishikido. Ya volvería a acometer contra él por la noche.
___
Llegó la celebración de mi trigésimo cumpleaños, y mis compañeros decidieron preparar una fiesta, Kamenashi acudió a ella también. Aquella noche lucía más radiante que nunca, y aunque estaba agradecido por el festejo que mis camaradas prepararon, me moría de ganas por quedarme a solas con él. 

-Tomohisa, ¿no bebes? –Nishikido se situó tras mi espalda y me ofreció una copa de champagne. 

-Ryo, ¿crees que tengo alguna opción de conquistar a Kazuya hoy? –la emoción causó que un cosquilleo generalizado sacudiese mi cuerpo. Desvíe la vista de Kazuya para clavarla en Ryo, y esperé ilusionado su respuesta.

-Yamapi, para ya… -me quedé paralizado y un nudo hizo presión en mi garganta –llevas años detrás de él y Kame no te ha correspondido nunca, me duele verte así, al final vas a sufrir… -cerré los párpados y acepté la cruel realidad.
___
Abandoné la sala y aproveché para coger aire, me apetecía estar solo. Poco después Kamenashi tomó la misma decisión y los dos coincidimos fuera del local. 

-Tomohisa, ¿te pasa algo…? 

-No, todo está bien… -fingí sonreír y disgustado me despedí de él –supongo que te vas ya, voy a volver dentro, nos vemos… -no preví lo que sucedería después, y es que Kamenashi posó los labios sobre los míos. Fue un beso intenso, tanto que me quedé conmocionado.

-¿Me acompañas…? –su gesto travieso me hizo recobrar la esperanza, y ambos continuamos la celebración por otro lado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario