-Dame un beso –supliqué. Era incapaz de calcular la cantidad de veces que había hecho tal propuesta.
-Yamapi, ya te lo he dicho, no voy a besarme contigo…
-respondió un molesto Kamenashi –además, estoy harto, siempre te inventas
alguna nueva excusa para lograr salirte con la tuya… -mientras él proseguía con
su sermón, yo sólo fijaba mi vista en aquella boca que tanto deseaba degustar. Mi
debilidad aumentaba, y es que la resistencia que imponía Kazuya sólo me atraía
más –oye, ¿me estás escuchando…?
-Por supuesto… -afirmé tan insincero como de costumbre. Tendría que diseñar una nueva estrategia si quería conseguir mi propósito. Mientras meditaba concienzudamente en el plan, mi resfriado me obligó a soltar un sonoro estornudo.
-¿Te encuentras bien…? –Kame se acercó hasta mi posición, y
al tenerle tan próximo pasé al ataque.
-No sé si lo sabrás, pero una probable cura al catarro es
que una persona sana, junte sus labios a la boca del enfermo… -traté de
contener la risa al ver la expresión de incredulidad de Kazuya.
-¿En serio…? –cuestionó aturdido.
-Kame, no hagas caso a Yamashita, se está aprovechando de ti…
-en ese instante Nishikido entró en el cuarto y provocó con ese comentario que
Kamenashi se separase de mí.
-Ryo, cállate y vete de mi casa… -fruncí el ceño y me senté
en una esquina con los brazos cruzados.
-Me has invitado tú… -contestó con desgana. El resto de la
tarde me limité a observar a Kamenashi y a escuchar su prolongada conversación con
Nishikido. Ya volvería a acometer contra él por la noche.
___
Llegó la celebración de mi trigésimo cumpleaños, y mis
compañeros decidieron preparar una fiesta, Kamenashi acudió a ella también.
Aquella noche lucía más radiante que nunca, y aunque estaba agradecido por el festejo
que mis camaradas prepararon, me moría de ganas por quedarme a solas con él.
-Tomohisa, ¿no bebes? –Nishikido se situó tras mi espalda y me
ofreció una copa de champagne.
-Ryo, ¿crees que tengo alguna opción de conquistar a Kazuya
hoy? –la emoción causó que un cosquilleo generalizado sacudiese mi cuerpo. Desvíe
la vista de Kazuya para clavarla en Ryo, y esperé ilusionado su respuesta.
-Yamapi, para ya… -me quedé paralizado y un nudo hizo
presión en mi garganta –llevas años detrás de él y Kame no te ha correspondido
nunca, me duele verte así, al final vas a sufrir… -cerré los párpados y acepté
la cruel realidad.
___
Abandoné la sala y aproveché para coger aire, me apetecía
estar solo. Poco después Kamenashi tomó la misma decisión y los dos coincidimos
fuera del local.
-Tomohisa, ¿te pasa algo…?
-No, todo está bien… -fingí sonreír y disgustado me despedí
de él –supongo que te vas ya, voy a volver dentro, nos vemos… -no preví lo que
sucedería después, y es que Kamenashi posó los labios sobre los míos. Fue un
beso intenso, tanto que me quedé conmocionado.
-¿Me acompañas…? –su gesto travieso me hizo recobrar la
esperanza, y ambos continuamos la celebración por otro lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario