miércoles, 23 de marzo de 2016

Sweet Temptation


La lengua de Yamashita recorría de arriba abajo la crema del helado que degustaba, y apreciar tal escena me excitaba. Presioné los labios y por un momento mi mente divagó, no podía dejar de imaginar.

-Nishikido, ¿tú quieres uno? –Tegoshi esparció por la mesa un par de polos de diversos sabores.

-No, gracias… -susurré a la vez que inclinaba la cabeza hacia un lado, Yuya se interponía y me era imposible seguir fantaseando con Tomohisa.

-Chicos, es hora de volver al ensayo, os recuerdo que mañana colaboramos en un programa –Koyama lucía más nervioso que de costumbre.

-Deberías relajarte un poco, no fallaremos… -respondió Masuda, que se dedicaba únicamente a engullir.

-A ti sólo te importa la comida… -bromeó Tegoshi.

-Está bien, vamos entonces… -Shige contentó a Keiichiro y poco a poco cada miembro abandonó la sala, hasta que Yamapi y yo nos quedamos a solas en el camerino. El imperturbable líder proseguía con sus lentos y concisos lametones, ajeno a mi perversa mirada. Me puse en pie y osé situarme detrás de su espalda, para así observar el panorama desde un ángulo diferente.

-Yamapi, ¿no vienes? –pregunté interesado.

-Un momento, no tardaré mucho más en terminar… -sonreí al escuchar su confirmación y aproveché la distancia para coger uno de los helados. Retiré el envoltorio y me senté en sus piernas en un instante de distracción.

-Ryo… -Tomohisa abrió los ojos en demasía.

-Te has manchado, aquí… -mi pulgar recorrió la comisura de sus labios y fue insuficiente para limpiar los restos de nata. Decidí incrementar la ofensiva y pasé a chupar la zona, algo que incomodó a mi pobre víctima.

-Ya vale, detesto que juegues así conmigo… -replicó ofuscado.

-No estoy jugando, ¿acaso te atreves a rechazar mi ayuda? –Yamashita negó débilmente con la cabeza y el entretenimiento prosiguió más allá –la barbilla… -mordí la zona mencionada y fui incapaz de detenerme. Mi ávida boca recorrió todo su cuello e hizo especial inciso en la nuez. Yamashita jadeaba y su vergüenza era evidente.

-¿También me he ensuciado ahí…? –una ronca carcajada resonó en la sala, la cual liberé yo.

-No, pero es divertido… -y a propósito dejé caer el polo en su entrepierna. El frío desencadenó una visible erección en Tomohisa, que no tardó en cubrir con sus manos. Los dos forcejeamos y me alcé victorioso al inmovilizar sus muñecas.

-Ryo, detente ya, por favor… -imploró. Iba a deslizar mi lengua por la bragueta de su pantalón cuando Koyama regresó a la estancia y nos vio. No dijo nada al respecto, sólo dio media vuelta y se aseguró de cerrar la puerta.
___
 Tomohisa no volvió a probar ningún dulce en mi presencia y la relación con Keiichiro se tensó. Semanas más tardes preparamos una nueva actuación y en esta ocasión me adelanté a Tegoshi.

-¿Te apetece un helado? –saqué de la bolsa una nueva adquisición y me dirigí especialmente a Yamashita, que se apresuró a huir de la habitación tras oír mi siniestra risa.

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