domingo, 13 de marzo de 2016

Modorenai kara


Relamí mis labios mientras Yamapi me observaba desde el otro lado de aquel local, donde se celebraba una fiesta de la universidad. Desde que tengo memoria siempre habíamos sido amigos. Pero mis sentimientos por él eran mucho más fuertes, y sobrepasaban con creces esa amistad. 

Sin embargo, no sabía si es que era demasiado torpe para darse cuenta de lo que sentía o si realmente no quería enterarse.

Me había cansado de llorar por las noches a causa de este amor no correspondido. Era el momento de entrar en acción. Pero no iba a declararme a él, no, mi objetivo sería ver cuál era su reacción si ligaba con otras personas.

Me incorporé de mi asiento y caminé muy despacio, atravesando toda la estancia, directo al lugar donde se encontraba él. Llevaba unos pantalones bastante ajustados y un jersey blanco, queriendo expresar un aspecto inocente y al mismo tiempo tentador. Sonreí cuando nuestras miradas se cruzaron, le vi comentarles algo a sus amigos pero antes de que viniese a por mí, tomé del brazo al primer chico más o menos atractivo que tenía cerca, para llevármelo a la pista de baile.

–Hola, guapo –me agarró por la cintura para pegarme más a su cuerpo, pero cuando trató de bajar las manos, le pegué un empujón y corri, saliendo a la calle. No servía para esto, era incapaz de permitir que alguien me tocase el culo solo para darle celos a Yamapi –¿A dónde te crees que vas? Primero provocándome y ahora largándote así –era ese tío de nuevo. Me agarró del brazo y me empujó contra una pared –Vas a terminar lo que has empezado si no quieres acabar malparado –¿qué planeaba hacer ese hombre? No podía oponer resistencia por mucho que forcejease, era bastante más fuerte que yo.

–¡Qué alguien me ayude! –grité buscando auxilio y cuando elevó su mano para golpearme, apreté los párpados. Pero ese golpe nunca llegó, en su lugar se escuchó un ruido. Abrí los ojos encontrándome frente a mí a Tomohisa. Nos había seguido, siendo él quien empujó a aquel tipo, tirándole al suelo.

–¿Estás bien? –me tendió una mano y la agarré para poder incorporarme con su ayuda. Cuando asentí, gritó realmente cabreado –¿¡Pero en qué diablos estabas pensando!? ¿Desde cuándo bailas con desconocidos en mitad de una fiesta? –parecía bastante enfadado, y era normal. Si no hubiese sido por él...

–Lo siento –comencé a llorar realmente arrepentido, no tenía que haber hecho semejante cosa. En ese momento sentí sus brazos rodear mi cuerpo, tratando de consolarme.

–Perdona... estás asustado y yo... –acarició mi cabello muy despacio, era el único en hacerme sentir seguro.

–Tomohisa... –sentí sus labios sobre los míos, y cerré los ojos para corresponderle. En ese momento no me lo dijo, pero me besó porque se dio cuenta de que no quería perderme ante nadie.

–¿Qué te parece si el próximo domingo salimos juntos y... tenemos una cita? –le besé apasionadamente, siendo esa mi respuesta a su pregunta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario