Wake Me Up

-¿Más whisky? –preguntó Koyama en vano, ya había rellenado los vasos de chupito.

-A mí me duele la cabeza… -los quejidos de un ebrio Tegoshi resonaban por la habitación.

-Aguanta, nos estamos divirtiendo… -dijo el vigente líder –siguiente pregunta, y recordad, no podéis mentir u ocultar la realidad, o el castigo será peor –apoyé la mejilla en la palma de mi mano y esperé desanimado a que se pronunciase –y bien, ¿cuál es vuestro sueño o deseo más profundo? –al principio no le di mucha importancia a tal interrogante, pero tuve que morderme el labio inferior al asimilar las verdaderas intenciones de Keiichiro.

-Ya lo sabes, te recuerdo que trabajamos juntos –aclaró Masuda.

-Eso es cierto… -parecía que Koyama se rendía y eso me hizo soltar un suspiro de alivio –Shige, ¿y tú…? –cerré los párpados con fuerza y maldije por un momento su picardía.

-Yo… -pronuncié en voz baja –supongo que seguir formando parte de este grupo, afrontar nuevos retos como novelista… -Keiichiro me interrumpió al posicionar el dedo índice en mis labios.

-Yo me refería a algo más… -se aproximó a mí y esbozó una sonrisa traviesa–íntimo… -apreté los dedos en mis propios vaqueros y negué con la cabeza un par de veces. Koyama conocía mis secretos a la perfección, a excepción de uno que prefería mantener a escondidas de él –vamos, dilo… -insistió.

-No… -me negué ante el asombro de mis compañeros. Bebí mi trago correspondiente y me levanté del suelo para salir acto después del cuarto.
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-Vaya, si que tienes mala cara… -bromeó la persona a la que pretendía esquivar, no quería que me viese en esas condiciones.

-Nakamaru… -tartamudeé exaltado.

-Llevas puesta la chaqueta que te regalé –y así era. Su olor todavía impregnaba la prenda y me aturdía –te queda bien –y tras hacer aquel comentario volvió a retomar sus obligaciones.

-Así que se trata de eso… -Koyama tomó asiento a mi lado y centró su vista en mis ojos –te gusta Maru…

-Cállate, no digas eso… -cubrí su boca con mi brazo –además, ¿cuándo has llegado…?

-No deberías avergonzarte, te pasas el día rodeado de hombres, es normal que te fijes en alguien de tu mismo sexo… -Nakamaru todavía permanecía en la misma estancia, e invadido por el miedo saqué a rastras a mi amigo de allí.

-Los dos fuimos a cenar juntos hace tiempo, y a la salido del local me dejó su abrigo… -Keiichiro prestó atención a mi testimonio y se limitó a reír -¡hacía frío! –me excusé.

-Nakamaru es muy reservado, no haría eso con cualquiera… -aseguró.

-Da igual, sólo es un ideal estúpido e imposible, me conformo con… -divisé a mi alrededor, Keiichiro había desaparecido de mi lado y ahora se dirigía hacia Nakamaru -¡Koyama! –corrí tras él.

-Maru, ¿qué opinas de Kato? –preguntó Keiichiro con descaro.

-Es un hombre interesante, atractivo, habilidoso… -respondió ágilmente.

-¿Tendrías una cita con él? –prosiguió.

-Por supuesto, si a Shigeaki le apetece… -confesó Nakamaru y me quedé perplejo.